Julio, 2025.- “Nosotros no necesitamos que un extranjero venga a establecer las reformas en nuestro país; nosotros las hemos establecido todas sin necesidad de nadie”, con frases como esta se refirió a la soberanía nacional Benito Juárez García, destacado abogado, político, estadista y patriota mexicano cuya vida, según sus biógrafos se iguala la historia misma de México en las décadas centrales del siglo XIX.
Figura cimera del movimiento progresista de La Reforma, en 1857 Juárez ocupó la presidencia de la nación entre 1858 y 1872, y en heroica lucha enfrentó la invasión francesa de 1862 a 1867 que logró apoderarse de gran parte del territorio hasta derrotar a los imperialistas, y defendió siempre los principios de respeto y de inviolabilidad de la soberanía de las naciones.
Juárez dirigió el movimiento progresista de La Reforma, fue uno de los personajes de la región que más se aferró al respeto de la Ley, en el concepto de que las leyes deben de servir para igualar y administrar justicia con equidad; durante su mandato procuró el equilibrio económico y ejecutó algunas obras públicas, incluido caminos, la reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas normales.
Impulsó leyes progresistas que auspiciaron la Constitución de 1857 entre las que sobresalen la confiscación de los bienes del clero, nacionalización de la tierra y la separación Iglesia-Estado, medidas que impulsaban la igualdad ante la ley y el exterminio del latifundio; y para organizar la situación económica del país, redujo el ejército y organizó una reforma que estableció la educación laica, libre y gratuita.
La defensa de la soberanía nacional contra las agresiones extranjera clara demostración de su inclaudicable antiimperialismo; su obra igualitaria, el combate incansable a la corrupción y su lucha por la justicia constituyen el preludio del socialismo latinoamericano e hicieron que fuera proclamado “Benemérito de las Américas”.
Benito Juárez García falleció el 18 de julio de 1872; de él dijo José Martí (…) indio egregio y soberano, que se sentará perpetuamente a los ojos de los hombres al lado de Bolívar.