Tel Aviv, 14 jul.- Cientos de excavadoras israelíes trabajan para hacer que la Franja de Gaza sea inhabitable durante los próximos años, denunció hoy el diario Haaretz.
El periódico israelí explicó que, aunque el Ejército declara oficialmente que esos equipos pesados, que demuelen viviendas en Gaza, tienen fines operativos, el modelo de compensación para quienes los manejan contradice esta afirmación.
La publicación reveló que las Fuerzas Armadas pagan a los operadores de excavadoras unos dos mil 500 shekeles (750 dólares) por demoler un edificio de hasta tres pisos de altura, y el doble para construcciones más altas.
La cantidad representa un claro incentivo para que los contratistas participen en la demolición de tantos edificios como sea posible, subrayó.
Si estas operaciones estuvieran realmente motivadas únicamente por necesidades militares, como afirma el Ejército, este tipo de compensación tendría poca justificación, según el rotativo.
Haaretz señaló que entonces las viviendas y otros edificios solo se demolerían cuando representen una amenaza para los soldados o impidieran el movimiento de vehículos militares, lo cual no justificaría dicha compensación.
Aseguró que el pago es mucho más alto a lo que ganarían en Israel por el mismo trabajo.
A pesar de estos salarios atractivos, para muchos operadores esa labor refleja un compromiso ideológico, especialmente porque entre ellos hay un grupo prominente de colonos, alertó.
De hecho, señaló, prácticamente no hay árabes-israelíes, que constituyen una gran porción del sector de maquinaria pesada en el país.
Las conversaciones con trabajadores sobre el terreno, tanto empleados civiles como soldados de reserva, revelan que muchos de ellos abordan la tarea con un sentimiento de venganza mientras conducen sus excavadoras por los escombros de las ciudades de Gaza, señaló.
Haaretz concluyó que esta destrucción no es una consecuencia incidental de la necesidad militar, sino más bien un objetivo en sí mismo.
La destrucción de propiedad civil cuando no hay un objetivo militar imperioso y los ataques a lugares religiosos, hospitales y otros edificios que sirven a propósitos humanitarios o educativos son, de hecho, crímenes de guerra, recordó.
Por lo tanto, el diario llamó al gobierno a detener la campaña de destrucción de forma inmediata.
Tomado de Prensa Latina