Desde la Seguridad del Estado, legado y compromiso

Desde la Seguridad del Estado, legado y compromiso

Carmen Yañez Carrillo dedicó más de tres décadas de su vida a la defensa activa de la Revolución desde los Órganos de la Seguridad del Estado.

   Orgullosa de su trayectoria, esta pinera de relevante historial en el Ministerio del Interior, compartió su experiencia en entrevista exclusiva con la Agencia Cubana de Noticias.

   «Los sacrificios y las renuncias personales fueron muchas porque se trata de una labor a tiempo completo, pero siempre me esforcé por hacerlo lo mejor posible», afirmó.

   Su trabajo comenzó a los 18 años como colaboradora del entonces G-2 en un contexto desafiante, en el cual grupos contrarrevolucionarios intentaban sembrar la inseguridad y el descontento en la otrora Isla de Pinos.

   Durante tres años, Carmen laboró en diversos organismos, incluida la dirección de los Comités de Defensa de la Revolución y varias empresas, siempre con la discreción y disciplina que caracterizan su faena.

   En 1965, ya se desempeñaba como agente activa como oficinista en los archivos y luego oficial de documentación, oficial operativo y jefa de sección de información y análisis en el departamento de Seguridad del Estado y en la delegación del Ministerio del Interior del territorio.

   “Cada caso era un desafío. La mayoría éramos muy jóvenes y carecíamos de la preparación y tecnología actuales, pero lo compensábamos con una entrega total, sin horarios ni días libres, hasta cerrar cada expediente», recordó.

   Enfrentó situaciones complejas de interés nacional que requerían coordinación con oficiales de otras provincias, lo que demandaba un trabajo meticuloso para lograr el éxito.

   Agradecida por el apoyo familiar, especialmente el de su madre, la teniente coronel del Minint hoy jubilada, pudo dedicar el tiempo necesario a sus ocupaciones profesionales que, a menudo, la mantenían alejada de su hogar durante semanas.

   “Mi madre fue un pilar fundamental en la crianza y educación de mis tres hijos, al inculcarles valores morales y revolucionarios. Me llena de orgullo que el  mayor de ellos siguiera mis pasos”, comentó.

   También recordó  largas jornadas en operaciones, cuando pasaba días en el monte o en la costa.

   “Hoy las técnicas han cambiado para mejor, pero los desafíos son mayores y más sutiles. Sin embargo, nuestra esencia permanece intacta”, subrayó.

   “A los noveles agentes que se unen a las filas de la Seguridad del Estado,  siempre les aconsejo que la disciplina constituye un arma fundamental en la lucha silenciosa, junto con la perseverancia y el trabajo en equipo.

   “Nuestra razón de ser sigue siendo la misma: desarticular cualquier actividad enemiga donde quiera que surja», concluyó.

Tomado de ACN

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