“Quien ha defendido con valor mi Patria y su libertad de hombre, es como acreedor mío y me parece mi hermano”; así escribió José Martí, poco antes de la alborada del 24 de febrero de 1895, en una carta en la que le llama Amigo a José Marcelino Maceo Grajales, protagonista de las más heroicas acciones durante las guerras independentista contra el colonialismo español, en las que ganó el apelativo de el León de Oriente o el León de Baconao.
Nacido el 2 de febrero de 1849, en la finca Las Delicias, cerca de la aldea Majaguabo, en el municipio San Luis, hijo de don Marcos Maceo y la cubana Mariana Grajales, José fue símbolo de coraje y valor para los cubanos; lo distinguían el carácter, la firmeza de ideas, la intransigencia y el temperamento; y se sabe también que era un gran jinete y un cazador empedernido con una fama de experto tirador, condición que conservó hasta su muerte.
José fue el único de los Maceos que participó en las tres guerras independentistas y en las que acumuló una extensa hoja de servicios y varias cicatrices en su cuerpo; jinete ágil y diestro en el uso del fusil, el manejo del machete como arma para defenderse, y la madurez de su pensamiento, lo convirtieron pronto en un verdadero guerrero que ya para 1976 ostentaba el grado de coronel del Ejército Libertador.
José vivió la prisión y el exilio; y participar en la Guerra del 95, junto a su hermano Antonio integró la expedición de la goleta Honor, que bajo el mando del mayor general Flor Crombet desembarcó por Duaba, Baracoa, el 1 de abril de 1895, fecha en que sostuvieron el primer encuentro con el enemigo, y días después, tras enfrentar una emboscada se separa de sus compañeros de armas y protagoniza una verdadera odisea, hasta que logró hacer contacto con un pequeño destacamento subordinado al entonces teniente coronel Prudencio Martínez.
Después del combate de Jobito 13 de mayo de 1895 quedó al frente de los regimientos Moncada y Crombet, con los que iba tomando cuerpo la 1ra división, con esas tropas sostuvo numerosos combates; en octubre se le entregó el mando del Departamento Oriental, posición que mantuvo hasta finales de mayo en que asumió el cargo el mayor general Calixto García.
José Marcelino Maceo Grajales resultó herido de gravedad en la batalla de Loma del Gato el 5 de julio de 1896 y murió horas después en La Soledad de Ti Arriba, cerca de Songo-La Maya; el Generalísimo Máximo Gómez escribe una conmovedora carta a su esposa Bernarda Toro, en la que le pide llorar la muerte del héroe de tantos combates.