Junio, 2025.- Cuba demanda hoy esfuerzos extraordinarios en todas las esferas de la economía y la sociedad para recuperarse y seguir adelante en la defensa de un sistema social justo, de pleno derecho y con el hombre y la satisfacción de sus necesidades en el centro mismo de todas las políticas del Estado y del Gobierno.
En medio de serias carencias y dificultades internas, agravadas por el recrudecimiento del férreo bloqueo económico impuesto por el imperialismo yanqui a nuestro pueblo, hoy, más que antes, se demanda mayor disciplina, organización, espíritu de trabajo y convocatoria en el cumplimiento de las tareas más importantes del país.
La producción de alimentos y bienes que tributen a las demandas de la población; la eficiencia y calidad de los servicios; el fortalecimiento de la Empresa Estatal Socialista y sus estructuras de base; el enfrentamiento a las distorsiones, indisciplinas, delitos y manifestaciones de corrupción, y la batalla contra desgano, la desmotivación y la indolencia son claves en cada lugar.
Al Partido y sus núcleos; a las administraciones y los sindicatos y sus estructuras en los centros de trabajo; a las organizaciones de masas y al resto de los actores y líderes de la sociedad les corresponde asumir su papel con seriedad y compromiso, impulsando la labor político ideológica, productiva y de unidad en busca de promover la unidad y alcanzar los objetivos propuestos en la actual coyuntura.
Solo así podremos salir adelante y avanzar…
Como alertó el Apóstol de la independencia cubana, José Martí, a un solo plan obedecen aquellos que pretenden destruir la obra de la Revolución y sus conquistas: el de confundirnos, cansarnos, dividirnos y vencernos. Otro, y más fuerte, debe ser el nuestro si queremos sobrevivir a ese propósito: el nuestro debe ser el de aprovechar nuestras potencialidades y reservas productivas; el de la cohesión y la solidaridad, la voluntad de vencer y el espíritu de victoria en cualquier circunstancia.
Sobran ejemplos de este tipo, y esa tiene que ser la bandera de combate en los tiempos que corren; tiempos de definir, ahora o nunca, de dónde venimos, quienes somos y qué futuro queremos para nuestros hijos, en un mundo plagado de odios, desigualdades y ambiciones que conducen a la guerra, la destrucción y el despojo de los derechos más elementales a millones de seres humanos en beneficio de los más poderosos del planeta tierra.