Mayo, 2025.- El 22 de mayo de 1958 es asesinado el combatiente clandestino Gustavo Ameijeiras Delgado su cadáver fue lanzado a las aguas de la bahía de La Habana por esbirros del ejército batistiano; nacido el 8 de octubre de 1920 y considerado como el guía ideológico de toda la familia, desde 1948 militaba en el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), al que por su influjo se incorporaron sus 11 hermanos.
Se incorporó a la lucha contra la dictadura desde el mismo día del golpe de Estado del 10 de marzo en Cuba, cuando junto a varios de sus hermanos se acercaron al Palacio Presidencial ocupado ya por los tanques del ejército; fue uno de los que también estuvo en la universidad en reclamo de las armas prometidas para enfrentar el cuartelazo.
Después del asalto al Cuartel Moncada, donde pierde la vida su hermano Juan Manuel, se convirtió entonces en uno de los más activos divulgadores de aquellos acontecimientos, defendiendo la hipótesis del triunfo probable y de la acertada estrategia del arriesgado plan.
Gustavo Ameijeiras Delgado trabajó intensamente por la amnistía de los moncadistas, recogió miles de firmas y se convirtió en cercano colaborador de Haydée Santamaría en la misión de imprimir y distribuir La historia me absolverá, luego se encargaría de la distribución del folleto en la provincia de Matanzas, y posteriormente se trasladaría a Santa Clara en compañía de Santiago Terry para recuperar en el almacén del expreso los folletos destinados a Las Villas, que no habían sido recogidos por los responsables de hacerlo.
El 7 de julio de 1955 le sirvió de chofer al líder del ataque al cuartel Moncada, desde el Vedado hasta el aeropuerto de Rancho Boyeros, cuando marchó a su exilio de México; la despedida fue un fuerte apretón de manos y el compromiso de continuar la lucha; y a partir de este momento fue más intensa su vida de luchador revolucionario.
Participó en múltiples y arriesgadas acciones y sufrió largos períodos de prisión en el Castillo del Príncipe donde encabezó enfrentamientos con la policía blandiendo las patas de las camas. Allí también hizo una huelga de hambre en solidaridad con los revolucionarios encarcelados en Isla de Pinos y en protesta por las infrahumanas condiciones de vida de los prisioneros.
Tras ser liberado con renovados bríos se reincorpora a la lucha frontal contra la dictadura para participar activamente en las acciones del 9 de abril; fracasada esta acción decide incorporarse a la guerrilla en las montañas y con ese objetivo se dirige a la provincia de Oriente donde es capturado, salvajemente torturado y asesinado.