Marzo, 2025.- La patriota cubana María Magdalena Cabrales Fernández llegó al mundo el 20 de marzo de 1842 en la finca de San Agustín, en la actual provincia de Santiago de Cuba; de joven unió su vida a la del mayor general Antonio Maceo Grajales, con quien compartió su pasión por la libertad, le siguió al campo de batalla y después de la guerra de 1868 en su peregrinar por Jamaica, Honduras y Panamá, hasta establecerse en Costa Rica.
De extraordinaria inteligencia natural María Cabrales padeció todas las penalidades de la contienda bélica sin expresar una queja; compartió con Maceo las tentativas rebeldes, las persecuciones, la guerra, los montes y el destierro; junto a Mariana Grajales, realizaba visitas a los campamentos de los patriotas cubanos para curar heridos después de los combates, o a llevarles alimentos y ropa.
La historia de Cuba la contempla como una mujer de grandes valores que, mientras José Martí, desde los Estados Unidos, fragua la Guerra Necesaria que estallaría en febrero de 1895, ella funda en Costa Rica el club Hermanas de María Maceo para ayudar en la recaudación del dinero imprescindible para la contienda que se avecinaba.
A la caída en combate del esposo y compañero de luchas, ocurrida el 7 de diciembre de 1896, María Cabrales no se sumió en la tristeza, sino que continuó luchando desde su posición revolucionaria; tras el fin de la guerra regresó a Cuba, el 13 de mayo de 1899 y aquí se vinculó a diversas tareas patrióticas y humanitarias como la dirección del asilo de huérfanos de la patria.
María Magdalena Cabrales Fernández falleció el 28 de julio de 1905, en la finca San Agustín, propiedad de la familia, y sus restos fueron trasladados hacia la Ciudad Héroe, donde les rindieron los honores merecidos; y descansan hoy en el Cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.