La memoria que baila

CAMAGÜEY.- “Yo no como corazón de chivo”. Cantaba Liudmila Pardillo acompañada por el quinteto Son Entero. Un bailarín. Una historiadora de más de 80 años.

 La feria del libro cerraba su telón y allí estaba Francisca López Civeira, la homenajeada, bailando una guaracha son, liviana como quien ha olvidado los años. El tiempo no era un peso, era un ritmo, era un eco de Arsenio Rodríguez en 1944, de cuando ella quizá gateaba, de cuando la música era otro modo de resistir la historia. Y ahora, en pleno siglo XXI, la memoria danzaba con ella.

 La Feria del Libro en Camagüey ha cerrado sus puertas, y con ella quedan los ecos de las palabras, los silencios imprevistos y las oportunidades desaprovechadas. Como periodista cultural, una vez más he sido testigo y parte de esta cita. He cubierto el evento para mi periódico y, al mismo tiempo, he cumplido el rol de moderadora en paneles dedicados a personalidades. Pero esta vez, el cansancio pesa de otra manera: no solo por la exigencia del trabajo, sino por la extraña mezcla de emociones que deja la edición.

Fue una feria limitada en su programación, en sus participantes. Sin embargo, en mi caso, hubo espacios a los que no pude llegar, zonas que me fueron esquivas, como una variable que me impedía el acceso. Me perdí lecturas que deseaba escuchar, aunque Jorge García Prieto “Poe Cid”, muy amable, me obsequió su libro y su plaquette. Nunca logré toparme con el guaimareño Randoll Machado, y extrañé a muchas personas que han pensado la feria y la han hecho posible en otros tiempos.

 Hubo momentos en que quise que la tierra me tragara, por vergüenza ajena. Tuvimos entre nosotros a intelectuales y artistas de la palabra que merecían otro trato, otra atención. No porque la exigieran, sino porque su obra y su presencia lo ameritaban. Y, sin embargo, pasaron inadvertidos, relegados a un segundo plano en una feria que debería haberles rendido tributo. Entre ellos, Jesús Lozada, poeta y narrador oral camagüeyano, que regresaba con su “Hablar la Noche” (2022) bajo el brazo y que no encontró el espacio que merecía. Una omisión dolorosa, un desliz de la memoria cultural de la ciudad.

 Lozada, discreto, sin aspavientos, me regaló su libro en un encuentro fugaz en el Casino. Casi donde mismo me regaló su ejemplar, para complacer el reto de un amigo hoy lo vi montar bicicleta y sonreír, como si esa falta de reconocimiento no le pesara. Pero pesa. No porque quienes gestionan el evento no lo conozcan, sino porque siempre hay quienes sí saben, quienes sí recuerdan. Y esta vez no bastó.

 Sin embargo, la feria también tuvo momentos de luz. La presentación y lectura de poemas de Delfín Prats, Luis Yuseff y Virgilio López Lemus fue un respiro, un recordatorio de lo sublime. Admirar el esmero de Ediciones La Luz en cada detalle promocional, en su manera de habitar y transmitir la literatura con elegancia y respeto, fue un placer que vale la pena destacar.

 También hubo paneles que, en vez de profundizar en las obras y trayectorias, se convirtieron en relatos de experiencias personales, donde se echó en falta una mirada crítica más sólida. En otras ediciones, estos espacios propiciaban el diálogo profundo sobre la literatura y el arte; en esta, a veces parecía que se quedaban en la superficie.

 Me quedo con los encuentros, con los abrazos sinceros. Con Ariel Fonseca, que ha hecho de los libros un puente afectivo entre mi hija y yo. Con Poe Cid, cuya voz, su peculiar manera de leer solo alcancé escuchar en un poema de su maestro Efraín Morciego, en ese otro gesto suyo de venir a Camagüey a recordarnos la trascendencia de la verdadera poesía.

 Y, como una imagen final, la danza inesperada de Francisca López Civeira, la historiadora homenajeada, junto a un bailarín profesional, dejándose llevar por una guaracha son. Un instante de alegría pura, de memoria viva, de historia que se resiste a quedar en el papel.

Se va la feria, queda el recuerdo. Y también, el deseo de que la próxima vez, la memoria de esta ciudad no se desconecte como el sistema electroenergético nacional.

Tomado de Adelante

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