Kinshasa, 1 mar.- Una coalición religiosa de República Democrática del Congo (RDC) continúa hoy buscando apoyos para el llamado “Pacto social por la paz y la buena convivencia en RDC y los Grandes Lagos”.
Los representantes de la iniciativa, promovida por la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (Cenco) y la Iglesia de Cristo en el Congo (ECC), se entrevistaron esta semana con el presidente de la República del Congo, Denis Sassou-N’Guesso, tras haberse reunido con otras figuras.
La delegación que viajó a Brazzaville estuvo encabezada por el Arzobispo de Lubumbashi Fulgence Muteba Mugalu y el Reverendo Profesor André Gédéon Bokundoa Bo-Likabe, quienes solicitaron el apoyo del mandatario congoleño, por considerarlo líder de las negociaciones en el continente africano.
Sassou-N’Guesso tiene una experiencia innegable: es el centro de la reconciliación en Libia, desempeñó un papel importante en el conflicto en la República Centroafricana y siempre ha estado presente en los grandes momentos en que los congoleños se unieron para buscar la paz, dijeron tras el encuentro.
El vecino país se une a los intercambios que la Cenco y la ECC tuvieron con el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, a quien presentaron su iniciativa el pasado 3 de febrero como un proyecto de salida a la crisis en el este del país.
También dialogaron con los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) y la Alianza del Río Congo (AFC), como parte de las consultas con diversas fuerzas políticas y sociales con el objetivo de obtener apoyo.
Una comitiva igualmente viajó a Kigali, donde conversaron con el presidente ruandés Paul Kagame, otra de las partes fundamentales en el conflicto, pues aunque en la RDC operan alrededor de 100 grupos armados, actualmente la ofensiva del M23 apoyado por Ruanda es la que causa la mayor cantidad de víctimas.
La Cenco y la ECC dialogaron, además, con representantes de la oposición, como los excandidatos presidenciales Martin Fayulu, Delly Sesanga y Matata Ponyo.
Sin embargo, el partido presidencial, Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS) no dudó en criticar la actividad de la alianza religiosa, e incluso emitió un comunicado en el que rechazaron cualquier negociación política al margen de los procesos de Luanda y Nairobi.
Valoraron la propuesta de la Cenco-ECC como una “iniciativa burlona de ciertos actores religiosos cuyas diversas posiciones nunca han ocultado su antipatía hacia las instituciones de la República”, y señalaron que este enfoque corre el riesgo de legitimar las demandas del M23 y socavar los esfuerzos para restablecer la estabilidad en el este del país.
Pese a las críticas, las entidades religiosas no han detenido sus esfuerzos, mientras Kinshasa apuesta más por los organismos multilaterales, como la Comunidad de África Oriental (CAO) y la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC); y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Tanto la CAO-SADC, como el Consejo de la ONU, emitieron resoluciones en las que demandan el cese de las hostilidades, alto al fuego, retirada del M23 y del Ejército de Ruanda del territorio de la RDC, además de atención a las necesidades humanitarias.
Sin embargo, el gran rompecabezas es la implementación de estas resoluciones, como remarcó la víspera el secretario general adjunto de las Naciones Unidas encargado del mantenimiento de la paz, Jean-Pierre Lacroix.
La CAO y la SADC nombraron nuevos facilitadores para el proceso de paz de Luanda-Nairobi integrados y, aunque fuera del plazo inicial, se realizó la reunión de jefes de Estado Mayor para recomendar acciones con vistas a asegurar un alto al fuego.
No obstante, la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores inicialmente prevista para este viernes en Harare, Zimbabwe, no se llevó a cabo ni se ha anunciado ninguna nueva fecha.
En tanto, en la RDC continúan los desplazamientos de personas y las víctimas de la guerra, de ahí la necesidad de que se alineen los intereses y todas las iniciativas en función de la paz.
Tomado de Prensa Latina