Julio, 2024.- Este día del año 1926 es asesinado Alfredo López Arencibia, destacada figura del movimiento obrero que, desde los 19 años, comenzó a distinguirse como dirigente sindical, constituyó la Federación Obrera de La Habana y, en 1925, fue el alma de la fundación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).
Nacido el 2 de agosto de 1894 en Sagua la Grande, Las Villas, desde muy temprana edad comienza a trabajar en un taller tipográfico; más tarde se traslada a vivir a la ciudad de La Habana, donde consiguió trabajo en la imprenta La Mercantil, allí conoció las luchas sindicales de los obreros por mejorar sus condiciones laborales y se acercó a las ideas de su padre a través de su maestro, el periodista, militante comunista y orientador revolucionario Antonio Penichet.
Combatiente, organizador y luchador incansable por la unidad de la clase obrera; comprendió muy pronto la necesidad de agrupar a los trabajadores en una organización clasista independiente y unitaria para luchar por sus demandas.
En octubre de 1922, Alfredo López funda la Escuela Racionalista que funcionaba en el Centro Obrero de La Habana y en otros locales sindicales; a ella asistían durante el día los hijos de los obreros y los adultos en horario nocturno, a fin de combatir la ignorancia que favorecía a los intereses de la burguesía.
Por su labor a constante actividad a favor del movimiento obrero cubano sufrió persecución y, en varias ocasiones, el encarcelamiento; pero al no lograr amedrentarlo, es sorprendido por esbirros de la tiranía de Gerardo Machado, quienes lo golpean en la cabeza con una cabilla, lo lanzan a una fosa en las faldas del Castillo de Atarés y lo ultiman arrojándole rocas encima.
El líder estudiantil y comunista Julio Antonio Mella, quien lo denominó «Guerrero, Maestro, Hermano y Compañero» afirmó que “Discutir con Alfredo López sobre problemas de organización era como discutir con un general famoso sobre cuestiones de tácticas guerreras”.