Julio. 2024.- En medio de la más compleja situación económica vivida por el país en los últimos 30 años, y a pesar de las dificultades impuestas por la política hostil del gobierno de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba, los floridanos tenemos múltiples motivos para conmemorar y celebrar juntos, con optimismo, este 20 de julio, el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Aun cuando nadie desconoce el cúmulo de carencias que afectan la calidad de vida de un número considerable de nuestras familias, trabajadores y jubilados del territorio, tampoco podrían negarse en esta demarcación camagüeyana la defensa y empuje de numerosas conquistas de la Revolución, sustentadas a fuerza de voluntad, sacrificio y heroísmo cotidianos.
¿Cómo se cuantifica el disfrute de la tranquilidad ciudadana que permite a nuestros niños y jóvenes jugar y divertirse sin sobresaltos de los padres, cuando en países vecinos mueren por el impacto de las balas, son desaparecidos o sumados en bandas mafiosas, se ven obligados a involucrarse en el comercio y consumo de las drogas, o viven el infierno del pueblo palestino bajo el asedio de las bombas del ejército de Israel, apoyado por la maquinaria guerrerista del imperialismo norteamericano?
¿Cuánto valen aquí la educación gratuita, inclusiva y universal, impactada por el déficit coyuntural de maestros, lo reconocemos; pero asentada en un presupuesto estatal multimillonario que busca dignificar la cultura y el acceso al conocimiento sin distinción de raza, credo, filiación política o situación financiera de cada estudiante?
Motivos de sobra para rememorar y agradecer la gesta moncadista tienen asimismo los miles de floridanos sobrevivientes de la COVID-19, gracias a la visión de Fidel para el desarrollo de la ciencia cubana; las embarazadas y lactantes incluidos en un Programa de Atención Materno Infantil de primer mundo; los cientos de enfermos que salvan su vida en hospitales, quirófanos y salas de terapia sin costo alguno, o los casi 30 pacientes afectados por insuficiencia renal crónica atendidos en la sala de hemodiálisis con todos los recursos necesarios para mejorar su dolorosa existencia.
El tributo a la generación del Centenario, y a los héroes y mártires del Moncada, deben sumarse además las glorias del deporte revolucionario en Florida; los nuevos atletas salidos de esa política que abrió las puertas de acceso para todos, y los miles de profesionales de la cultura física y de otras disciplinas graduados en la red de universidades multiplicadas hasta la base por obra y gracia del socialismo redentor.
Jamás debieran ausentarse tampoco de esta cita los casi tres mil agricultores pequeños, usufructuarios y propietarios de tierra, cuyos derechos, producciones y beneficios actuales son posibles solamente por la convicción fidelista de proclamar una Ley de Reforma Agraria sin precedentes en la historia nacional, frente a las narices de los monopolios imperiales, mientras todavía miles de campesinos en el mundo pierden la vida por reclamar un terreno para sobrevivir.
La convocatoria del acto municipal por la efeméride del 26 de Julio en Florida, previsto para este sábado en áreas del parque José Martí no es únicamente para felicitarnos por la condición de Destacados en la emulación provincial a propósito de la fecha: será el momento preciso para demostrar la unidad del pueblo floridano, y el compromiso de continuar la batalla por salvaguardar la soberanía, la independencia y el humanismo de la patria sagrada.
A quienes nos llamen soñadores por tantas convicciones, solo recordarles lo dicho por el joven abogado Fidel Castro, rodeado por los fusiles de la policía batistiana durante el juicio por el Asalto al Moncada, cuando al citar las palabras del apóstol José Martí, expresó:
«El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley del mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber».
Únicamente inspirados en tan elevados principios, es posible concebir el heroísmo de quienes murieron antes en Bayamo y Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, y la resistencia sin límites de los que en la actualidad honramos su memoria y continuamos, incalificables, del lado de la Revolución.